viernes, 1 de junio de 2018

El plan E



Escribir un blog con la pretensión de que te lean es una idea bastante presuntuosa. Sin embargo me gusta escribir por el placer de hacerlo pero nunca lo hago. Es algo así como hacer ejercicio, algunos deportes son divertidos pero da muchísima pereza. Siempre está la excusa del tiempo o cualquier otra. Abrir un blog es como tener un abono al gimnasio, una excusa para obligarte a hacer algo que en realidad te gusta.

También hay gente que va al gimnasio por salud y lo odia profundamente. Yo no podría hacer eso. Si pudiera hacer ese tipo de sacrificios habría estudiado para notaria y estaría igual de parada pero con la conciencia tranquila preparándome mis oposiciones. Pero no, yo suelo meterme en cosas que me gustan y me metí en Física...

Y eso me ha llevado a estar en Alemania empezando un blog mientras me tomo un capuccino en una cafetería a las diez de la mañana. Aquí lo de los lunes al sol es complicado. Por suerte me puedo permitir el lujo de tomar un café fuera, bueno por suerte no, porque me mantiene mi Pomelo. En mi defensa diré que yo iba a sentarme en la biblioteca y a beberme mi agua del grifo, pero resulta que cierra los Jueves. Qué le vamos a hacer.

Así que aquí estoy, diciéndome a mí misma que en realidad no estoy perdiendo el tiempo, que me van a leer cientos de millones de personas y que esto va a servir para darle publicidad a los futuros frutos de nuestro plan E.

Plan A: hacer una Erasmus, investigar por el Mundo, viajar mientras soy joven y libre, tener un curriculum maravilloso, continuo y ascendente con el que conseguir un puesto de investigación en España y trabajar allí for ever and ever con un horario de ocho a cuatro de Lunes a Viernes. Mientras sigo viajando por placer a lugares exóticos y para cosas puntuales de trabajo a los mejores laboratorios del Mundo.

Plan B: la Erasmus abre un mundo de luz y color en Alemania (igual luz y color no lo describe exactamente) que ni de coña voy a conseguir en España. Yo no emigré con la crisis, emigré con el boom inmobiliario, pero la ciencia no ha tenido un boom jamás de los jamases (sobre esto volveré más adelante, seguro, pues anda que no me gusta a mí quejarme). Así que me hago aquí mi currículum maravilloso, ascendente y continuo y me quedo aquí con mi también exitoso Pomelo. Sí conocí a un pomelo... y eso cambia los planes.

Plan C: nos vamos a España donde Pomelo puede seguir dedicándose a la ciencia y yo me saco unas oposiciones a secundaria que para eso hice el CAP. La crisis ya no es tan fuerte, pero la verdad es que no vemos esto posible. Y por ahora vemos mejor calidad de vida quedándonos como estamos.

Plan D: nos quedamos en Alemania, Pomelo tiene un trabajo “de lo suyo” y yo me dedico a lo que pueda.

Plan E: le dan a todo por saco y nos vamos a mi pueblo a empezar un negocio de producción de cítricos ecológicos y una casa rural.

Actualmente estamos en el D con así a ojo un 48% de fracaso: trabajo una hora a la semana dando clases de español en un colegio de primaria. Gano 20€ si no son vacaciones, fiestas de guardar o toca ensayo del coro. No cotizo y no puedo ponerme mala. Hoy me he gastado 4.10€ para ir y volver del colegio que está en la otra punta de la ciudad y 2.60€ en un capuccino mientras hago tiempo para recoger a mi Lima de la guardería y así no tener que ir y volver a mi casa.

Y como tengo media hora y un culín de capuccino frío os cuento (a vosotros hordas de lectores) cómo he llegado a esta situación.

Pues estábamos aquí en las teutonias tan ricamente, con nuestros contratos temporales precarios. Pomelo con su investigación postdoctoral y yo con la mía predoctoral. Hasta que un día me armé de valor y justo antes de renovar contrato, subí a la oficina de mi profesor de tesis y con una sonrisa le dije “hasta luego Lucas”. Ya entraré en detalles más adelante, tenía mis motivos.
Decidí que iba a trabajar en industria y que era el momento de reproducirnos. Que lo que antes pasara. Y bueno, tengo una lima en la guardería y un hueco en el currículum...de tres años. Oye y dando gracias, que criar a tu bebé no tiene precio. Y al final de la vida eso va a contar más que todos los trabajos del mundo.

Fdo.: Clementinen (entera, aquí nada de medias naranjas, pero podéis llamarme Clemen).

2 comentarios:

  1. Me parece que me voy a leer todo lo que cuentes. Me está gustando un montón como escribes. Sigue así y ya te llegarán las hordas de lectores. 😂 Y como no tienes info de contacto, búscame y hablamos algunas cosas que te pueden interesar.

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    1. Muchas gracias. Espero que después del parón del verano me sigas leyendo. Ya he puesto mi dirección de correo electrónico y mi Twitter en el blog.

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Mi limonero se riega con tus comentarios.