martes, 30 de abril de 2019

Los hechos a sí mismos

Ya que la semana pasada hablaba de la gente que cree que otros tienen que dar las gracias por tener los derechos que a ellos se le presuponen, hoy hablaré de otra especie que también me da mucha rabia y son los que no se dan cuenta de sus privilegios. Suelen ser más o menos los mismos individuos.
Dentro de este grupo hay unos que me molestan especialmente y son los hechos a sí mismos. Es decir, no los hechos a sí mismos de verdad, sino los que se creen que se han hecho a sí mismos. Y es un grupo bastante transversal, no hace falta irse a grandes empresarios o famosos. Me molesta la gente que te restriega su éxito como logro personal y no valora tus logros, sin tener en cuenta de dónde parte cada uno. Porque a lo mejor esa persona ha llegado más lejos y cree que tú no te has esforzado suficiente y no tiene en cuenta si partió de una situación de privilegio y a ti te ha costado mucho más esfuerzo llegar a donde estás.
Se supone que todos tenemos las mismas oportunidades, por ejemplo puedes pedir una beca para estudiar en la universidad. Pero si no tienes dinero, además de la beca necesitas algún trabajo, eso te quita tiempo de estudio y descanso, por eso puedes suspender. Con un solo suspenso ya no hay beca, tendrás que trabajar más y trabajar en verano, ya no te presentas a septiembre en las mismas condiciones que los demás. Que sí, que estudies mucho y te esfuerces mucho, lo que digo es que el que no pasa por eso que valore el esfuerzo del otro, porque no es lo mismo, no aprueban igual y la presión psicológica de saber todas las consecuencias de suspender no es la misma. Y la presión no es una motivación para ser mejor, es lo que te puede hacer caer.
Como digo esto es muy transversal, no solo el dinero te da un privilegio. También están los que presumen de estudios cuando en su casa tenían ambiente de estudio y apoyo, y no ven que otros sencillamente no pudieron plantearse ese camino porque tenían una familia que o no apoyaba que estudiaran o directamente lo impedía.
Pero es que es muy gracioso, porque también se da en sentido contrario. Los que tienen la vida resuelta (aunque sea una vida dura) e infantilizan a los estudiantes, sin darse cuenta del esfuerzo y sacrificio que es el estudio y que implica muchas veces salir del nido y empezar una vida de adulto. Mientras que ellos están en el negocio familiar y jamás han tenido que enfrentarse al miedo al rechazo de una entrevista de trabajo o a la evaluación constante a la que estás sometido como estudiante o como trabajador por cuenta ajena. Que es muy bonito decir es  que yo tengo trabajo y tú no porque no vales tanto como yo. Pues si estás en la carpintería de tu padre en la que entraste de aprendiz y te ha dejado el negocio montado y los clientes, pues muy bien, valoro mucho tu esfuerzo diario para mantenerlo e incluso ampliarlo, pero reconoce que has partido desde un privilegio.
También puedes haber tenido la oportunidad de estudiar idiomas o potenciar otras habilidades desde pequeño. O tener contactos que te van facilitando el camino. O crecer en un ambiente que te dé la confianza en ti mismo para enfrentarte a todo porque realmente no pierdes nada y porque te manejas de tú a tú con quien está arriba y eso se nota. Eso se nota hasta cuando vas a hacer un trámite y hasta cuando hablas por teléfono. Tienes otra imagen, otra pinta, otra actitud y eso te da un privilegio y te hace empezar desde más arriba, tener que esforzarte algo menos. Hasta ser guapo es una ventaja para conseguir cosas.
Y no hablemos ya de ser hombre y/o heterosexual y/o blanco y/o haber nacido en la cara buena del mundo y/o no tener ninguna discapacidad.
Que a mí las ventajas de las que parta cada uno me parecen perfectas, me alegro por su suerte. Yo también aprovecharé las mías, que también tengo muchas, lo mejor que pueda e intentaré darle a mis hijos todas las que sean posibles. Lo que no me gusta es que la gente no reconozca de dónde viene, que crean que han llegado alto sólo por mérito propio si tenían un escaloncico y que no valoren el esfuerzo y los logros de los que no lo tenían.
Y esto puede parecer justo lo contrario de lo que escribí la semana pasada, pero no es que ahora yo diga que los privilegiados tienen que dar las gracias. No es eso, es cuestión de actitud y de no despreciar el esfuerzo de los demás. Viene a ser lo mismo del anterior post pero desde otra perspectiva.

viernes, 26 de abril de 2019

Los desagradecidos

Hace unos días leía, creo que en Twitter, el comentario de alguien criticando algo que había dicho Pablo Echenique y concluía que este señor en lugar de decir lo que había dicho, debería dar las gracias a España porque le había tratado su enfermedad. Yo estoy muy agradecida a la escuela pública y a la sanidad pública y hay que cuidarlas y defenderlas. Lo que no me gustó del comentario fue el tono de superioridad, ese tono de los normales, las personas que nos valemos por nosotras mismas os hacemos un favor a los desfavorecidos y tenéis que besar el suelo que pisamos y agachar la cabeza porque existís y sobrevivís gracias a nosotros.
Pues mira esto no es así. Los servicios sociales los pagamos todos, hasta los inmigrantes ilegales, porque todos pagamos impuestos. Cada vez que pagas un producto o servicio estás pagando impuestos y los que hacen que se vacíe esa hucha no somos los desgraciaditos que usamos los servicios públicos, sino los que no pagan impuestos. Que tú ganas mucho y pagas muchos impuestos, pero es que no cuenta el valor absoluto de lo que pagas, sino el esfuerzo que haces para pagar esos impuestos. A lo mejor pagar tus impuestos te supone un esfuerzo muy pequeño comparado con el que hace una persona que gana poco, aunque pague pocos impuestos. Porque amigos, no se trata de ser iguales, se trata de ser equitativos, porque iguales NO somos.
Y ese tono de superioridad me da mucha rabia porque supone que hay personas a las que se les hace un favor. Que no es ningún favor, que es el estado de derecho, que se intenta que todos tengamos las mismas oportunidades dentro de nuestra diversidad. Que no luchar por la equidad es injusto, que todos tenemos derecho a una vida digna. Y que siendo egoístas ese sistema es rentable, porque nos da más piezas útiles para la maquinaria, porque vivir rodeados de analfabetos es muy poco práctico, mucha información que damos y recibimos es escrita. Es muy práctico que estemos rodeados de gente que conozca y asuma las reglas. Es muy incómodo vivir rodeado de gente fuera del sisitema, a la que no le va a importar destruirlo, a lo mejor sin querer, porque no forma parte de él ni lo entiende. Que si hay gente enferma a nuestro alrededor nos ponemos enfermos los demás. Que si no tenemos una sanidad con programas de prevención para todos, el gasto médico se va incrementando. Que si no hay acceso a agua, comida de calidad, calefacción e información, también se incrementa el gasto médico. Que si las personas dependientes están atendidas, ellas gastan más, sus familias gastan más y trabajan más. Es que si no crees en los derechos de los demás, sólo por egoísmo y todos los beneficios que te da deberías apoyar los servicios públicos. Es que tú también deberías dar las gracias, ya que nos ponemos a exigir agradecimientos.
Y si todo esto no te vale, piensa que un día vas a ser tú el que no pueda pagarse una quimioterapia, porque amigo ese día llega. Que uno de cada tres vamos a tener cáncer, que si no eres tú, va a ser alguien muy cercano a ti. Así que ve pagando tus impuestos para que haya universidades, científicos y hospitales que te puedan curar. Y dales mucho las gracias a todos los que pagan sus impuestos. A las personas que cuidan a los dependientes (bebés, ancianos, enfermos, minusválidos,...) porque gracias a ellos otros profesionales pueden salir a hacer su trabajo. A la educación desde educación infantil hasta la formación profesional que prepara a técnicos, la universidad y los centros de investigación. A la sanidad, desde el conserje, administrativos, auxiliares, enfermeras y médicos, porque si falta uno la sanidad no funciona. Piensa en la atención temprana que hace a las personas menos dependientes desde la infancia. En todo un sistema que nos da las herramientas para que cada uno pueda aportar lo mejor de sí mismo (sobre todo para desarrollo personal, tampoco vamos a hacer del sistema el fin último, primero los individuos). Y procura que todos tengan un sueldo digno y unas condiciones laborales dignas, porque es lo justo y porque te va la vida en ello.

lunes, 1 de abril de 2019

Somos libres

Somos libres. Pomelo no ha pasado la fase de prueba en la empresa en la que estaba. Así que ahora mismo no tenemos ataduras para hacer lo que queramos, que suena muy guay, pero lo que queremos es trabajo para los dos de 8 a 16, donde no estemos infravalorados ni sobrepasados y con un sueldo normalito.

El estado del Plan E, es eso: un plan, sigo planificando. Necesita una inversión bastante grande, en mi finca (lo de finca me da mucha vergüenza porque es prácticamente un huerto) hay que reponer todos los almendros. En la finca que han heredado mis hermanas y que arrendaríamos no hay agua. Está a 10km y habría que llevar el agua en una cuba. Son almendros de secano, pero llevan mucho tiempo descuidados y hay que empezar a regarlos y abonarlos, de ellos saldrían las almendras para los clientes que adoptasen los nuevos, los bebés, hasta que empezasen a producir. Por otro lado hay que renovar la balsa de riego, poner goteo, arrancar almendros muertos, poner nuevos,...

Nos planteamos irnos a España. La casa LA CASA no está para entrar a vivir. Y ahora no podemos pedir un crédito. Hay que cambiar toda la fontanería, quiero, deseo, NECESITO que se pueda beber el agua del grifo, que no haya pérdidas en ningún grifo y que el desagüe funcione y vaya a parar a un sitio decente, cosa no tan obvia en el campo. Me pone muy nerviosa el pedacito de tejado de la buhardilla que es de asbesto y que tendría que desaparecer de nuestras vidas antes de que nos metamos allí. El tejado de la cochera lo dejaríamos por ahora, aunque es ideal para poner paneles solares y nos hace mucha ilusión, pero perforar el asbesto para fijarlos me generaría tres úlceras de estómago (bueno y cáncer de pulmón, claro).

Lima nos pide que nos vayamos a España. Cree que viviría en la ciudad con su prima e irían al mismo colegio. Esto no sería así. En dos cursos empieza la primaria y creo que primaria en España y Alemania son similares. La época preescolar me parece mucho mejor en Alemania, pero ya se le acaba, así que no lo veo un gran problema.

Y luego está nuestra gran atadura que es la condición de Kumquat. Es muy triste esto, su condición no debería limitarnos, pero lo hace, hay que cambiar mucho, tenemos que cambiar mucho como sociedad y exigirle a los políticos que hagan grandes cambios. O meterse en política y cambiar desde dentro, yo soy muy pesada, he sido delegada siempre, aquí tengo esa parte un poco frustrada, en España me meto seguro en algo.

Aquí nos dan la ayuda a la dependencia, otra ayuda por ser niño con discapacidad, le pagan la niñera y todas las cosas de la ortopedia, que son muchas, muy muy caras e imprescindibles. Y sobre todo las terapias. En la guardería de educación especial le hacen terapias todos los días integradas dentro de las rutinas de la jornada allí. Las cuidadoras son especializadas y en el aula tienen un montón de elementos estimulantes. Está tranquilo y mimado con una atención prácticamente individualizada. Y tiene un aula de integración pegada a su aula, es decir, que comparte tiempo con los niños que no son de educación especial.

En España tenemos dos opciones, aunque creo que no decidimos realmente nosotros, sino una oficina de orientación. Puede ir al aula abierta del colegio del pueblo, tendría una maestra de educación especial en un grupo variado en edad y discapacidad. Estar en un colegio de integración puede ser positivo, pero estar en un aula ordinaria no creo que le aporte nada, de hecho no estaría nada bien, no creo que fuese feliz en ese ambiente. Sería mejor estar en el aula abierta toda la jornada para fomentar sus capacidades. Imagino que las terapias no se hacen en el colegio, lo que implica desplazarse o ir después de la jornada escolar, una paliza y dinero ¿Para qué quiere un niño en su situación la jornada escolar si no es precisamente para conseguir independencia? Ni más ni menos como el resto de niños y eso se lo da la fisioterapia y la logopedia. Si la escuela pública no le da eso, lo están discriminando gravemente. Pasar allí el día no le sirve para nada, me sirve a mí para poder trabajar mientras lo cuidan, pero no creo que sea el objetivo.

La otra opción es ir a la ciudad al colegio de educación especial a 40Km por una carretera llena de curvas (o pagar autopista) y pegarse un palizón de viaje en el que no es raro marearse. Ida y vuelta cada día. Un niño pequeño que encima se cansa muy fácilmente. La verdad es que no se lo deseo.

Y miraríamos por la ventana y veríamos el mar. Somos libres, qué miedo.